viernes, 28 de junio de 2013

Día 10 (((junio 28)))


En el video “Seres sociales por naturaleza” se analizan las diferentes teorías planteadas por el antropólogo Robin Dunbar que hablan sobre las relaciones sociales entre seres humanos. El video comienza hablando sobre el número Dunbar: 150. Según esto los seres humanos establecen grupos sociales de 150 personas aproximadamente a lo largo de su vida. Esto es una evolución frente a manadas anónimas donde el número en realidad no importa y tampoco importa con quien se está.

Comenzamos a evolucionar en el momento en que decidimos mantener relaciones de monogamia. Según Dumbar este tipo de relaciones exigieron un crecimiento del cerebro ya que mantenerlas pedía un mayor trabajo a nivel social. De aquí viene también la creación de amigos en donde somos selectivos frente a las personas que nos rodean.

La manera como nos relacionamos en la sociedad es el resultado de una evolución por lo tanto existe un por qué nos relacionamos de determinada manera. Por ejemplo las personas suelen estar atraídas naturalmente a las personas rubias ya que evocan infancia, por lo que la mayoría de los niños son rubios. La manera como les hablamos a los niños también está definida por la necesidad de enseñarles como relacionarse con las personas.

A lo largo de nuestra evolución el hombre tiende a ser impulsivo y protector sobre su espacio (para proteger a su manada o familia) esto llevo a que en él se desarrollara más el cerebro límbico que maneja el ser impulsivo. En contraste la mujer desarrollo el neocortex por su necesidad de ser racional, solucionar problemas de manera calmada (mantener al hombre en su lugar). De igual manera, de la mano con esta evolución, el contacto se convirtió en el lenguaje de comunicación social amoroso por excelencia. El contacto con el sujeto amado dice más de lo que el lenguaje verbal puede comunicar.

Construyendo el grupo social de 150 personas nos encontramos con la necesidad de poder expresar el contacto que se tiene con la pareja pero en grupo. Pero resulta que el acariciar a un grupo no es muy recomendable. En este caso la evolución recurrió a la risa como la caricia grupal. La manera en la que dos personas interactúan cambia cuando entra una tercera al juego. Las caricias se detienen y son reemplazadas por risa, esta es la manera cómo podemos integrarnos en un grupo social desconocido, sentirnos más cómodos o hacer a alguien sentirse cómodo. Por esto cuando se está interactuando en un grupo, aquél que no ríe parece no ser parte de dicho grupo.

A continuación Dumbar comenta sobre la importancia del “cotilleo” o como nosotros lo conocemos el “chismorreo” dentro de una sociedad. El hablar sobre lo que nos pasa o lo que le pasa a otras personas toma dos tercios del tiempo total que le invertimos en las relaciones sociales. Es la manera cómo podemos establecer las jerarquías, mantener un orden en lo que es correcto y lo que no e ir definiendo nuestro grupo social. Esto sucede más entre las mujeres ya que por natualeza estamos diseñadas para hablar sobre la naturaleza de las relaciones sociales. En cambio el hombre tiene una tendencia a hablar sobre cosas técnicas, hechos comprobables. 

Devolviéndome al tema de las jerarquías sociales, Dumbar toca el tema de la farandula. El éxito de los shows y revistas de farándula no son fortuitos. Nuestro cerebro primitivo, por la repetición, considera que estos ricos y famosos que tanto vemos hacen parte de nuestro círculo social, pero en una escala jerárquica mayor a la nuestra. Es por esto que queremos saber de ellos, de sus alegrías pero también fracasos.




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